Cuidarse en Navidad es posible si sabes cómo

Cuidarse en Navidad es posible si sabes cómo
  19/12/2016

NICO HAROS (*)

El nutricionista de Marqués de Campo

Con un frio de “quitaypon” y algo pasado por agua, transcurre el mes de diciembre en La Marina, y una vez más nos disponemos a terminar lo que nos queda de año celebrando la Navidad y el fin de año, con paz, felicidad, amor y comilonas, varias comilonas.

            La gran mayoría de nosotros nos pasamos la vida procrastinando. Procrastinar, por si no te suena, es aplazar asuntos que sabemos que tendremos que enfrentar tarde o temprano, pero que por temor, pereza, o por creer que no es el momento idóneo, nunca llegamos a abordar y dejamos que el tiempo pase. Esta situación de no llegar a hacer lo que en el fondo sabemos que debemos hacer, nos produce cierto malestar crónico con el que aprendemos a convivir. Una de las cosas que más procrastinamos es comenzar a mejorar nuestros hábitos de vida, y sin lugar a dudas el momento perfecto para aplazar este deber tan vital, es el mes de diciembre. Por varias ideas que vamos adoptando, pero básicamente las que paso a resumir:

            - El síndrome de “en enero comienzo”; todo comienza en enero (deporte, dejar de fumar, el curso de inglés, etc.).

            - “Todo irá mejor a partir del año que viene”; total este ya lo damos por terminado.

            - “La Navidad está cerca así que no es tiempo de cuidarse”; asociamos la Navidad a malos hábitos.

            - “Ya bastante duro ha sido el año como para estar contando calorías”.

            Y un largo etcétera de excusas que nos contamos a nosotros mismos y como resultado pasamos otras navidades híper-calóricas e híper-alcohólicas con su consecuente impacto en nuestra salud y en nuestro peso corporal.

            Según varios estudios publicados en el 98, 99, 2004 y un análisis publicado en 2010 por la revista Social Science & Medicine, la Navidad se asocia con un aumento significativo de las muertes relacionadas con el corazón. Las comilonas excesivas aumentan los casos de hipercolesterolemia, hipertensión, problemas digestivos, aumento de peso, etc. No hace falta que mencione como el alcohol empeora aún más la situación, desde su impacto directo en nuestra salud, hasta su efecto en nuestra conducción y comportamiento.

            Ante tal panorama lo que yo te propongo es que dejes de aplazar algo tan importante como cuidar tu salud y trates de pasar unas navidades diferentes, moderadas e igualmente especiales. Aunque creas que no es posible, si lo es.

            Me asombra muchísimo ver que a pesar de ser pleno diciembre, algunas personas acuden a mi consulta buscando ayuda para mejorar su alimentación y sus hábitos por primera vez. Su reflexión suele ser la siguiente; “prefiero empezar ahora así no me paso comiendo y en estas navidades no engordo como me pasó el año pasado”. Personas que han comprendido que no pueden continuar auto-engañándose y buscan la ayuda de un dietista-nutricionista como aliado ante una situación que representa un verdadero desafío.

            Por si no eres de esas personas que han tenido tiempo de buscar ayuda profesional, te doy algunos consejos para que estas navidades disfrutes de todo, pero de una forma diferente.

            - Es Navidad sí, pero nadie ha dicho que debamos volvernos sedentarios. Mantenerte activo incluso en Navidad, puede ser una buena estrategia. Varios estudios han demostrado que una vida activa, además de hacernos quemara calorías, nos ayuda a controlar nuestras señales de apetito y saciedad.

            - Las comidas/cenas especiales, las vas a celebrar con gente que normalmente no ves, algunos puede que incluso vengan de lejos. Trata que el centro de tu atención sean las personas y la conversación y no tanto la comida.

            - Cuando hayas quedado para cenar o comer, no es necesario que aparques en la puerta del lugar. Si aparcas lejos, podrás dar un paseo llegando, y esto te ayudará a quemar calorías y también a obligarte a dar un paseo cuando el evento haya acabado.

            - Todo el mundo piensa que debe haber comida abundante los días de Navidad, pero esto no tiene porqué ser así. Yo te propongo que en lugar de centrarte en la cantidad, los días especiales enfatices más en la calidad de los ingredientes. De esta manera, disfrutarás saboreando sin necesidad de pasar del placer al dolor (empachos).

            - Cuando estés de invitado en casa de alguien, trata de ser tú quien se sirva, de esta forma podrás ponerte una ración más moderada.

            - Si no te gusta mucho no estás obligado a comértelo. A veces nos hemos visto comiendo alimentos que no nos acaban de gustar, pero tal vez por compromiso nos lo acabamos. Rompe con esta costumbre. Tu cuerpo merece ser respetado. Qué sentido tiene sumar aún más calorías cuando ni siquiera estamos disfrutando.

            - Come despacio, saboreando, disfrutando. Comer rápido solo hará que comas mucho más y además sin llegar a disfrutar. Como dije más arriba, trata de conversar entre bocado y bocado. Tener calma en estos momentos es crucial para comer lo justo.

            - Si puedes influir en parte del menú, trata de elegir picadas saludables, como por ejemplo frutos secos, aceitunas, berberechos y mejillones. También poner a disposición como primeros platos ensaladas saludables, es una buena manera de comer menos calorías (ojo con las salsas, no suelen ser saludables).

            - Probar un alimento malsano (por ejemplo turrón), no significa que debemos fustigarnos por ello, y caer en un malestar que nos obligue a comernos toda la caja, más 10 polvorones y otros 15 bombones. Si lo pruebas disfrútalo, no es necesario que por ello te sientas mal y acabes optando por comértelo todo.

            - No existe una dosis mínima de ninguna bebida alcohólica que represente un beneficio para la salud, es más bien lo contrario, por lo tanto sé consciente de esto, y trata de que tu consumo de vino o cerveza, sea ocasional y para tu deleite, y no una fuente de hidratación. Lo que te debe hidratar es el agua.

            - Si vamos a beber alcohol y a fumar, tratemos de hacerlo cuando los niños ya no estén presentes. Está más que demostrado, que los más pequeños copian el comportamiento de los adultos, y llegarán a adoptar el mismo patrón de comportamiento que hayan visto. Somos sus modelos, no lo olvidemos.

            - En mi humilde opinión las largas horas de sobremesas con muchísimas calorías en forma de dulces, están sobrevaloradas. Es bonito juntarse y conversar, pero si ya hemos comido hasta saciarnos, tal vez podríamos practicar algo diferente. En lugar de sobremesa, “nomasmesa”, es decir si ya hemos comido, porqué no damos todos un paseo, siempre que el clima lo permita, y conversamos mientras hacemos la digestión. O por qué no? Poner algo de música y ponernos a bailar un poco. Otra opción sería limpiar la mesa y jugar a algún juego en el que todos interactúen.

            Estimado lector, hasta aquí las pautas de hoy. Seguro que a estas alturas a ti se te ocurren unas cuantas más. Lo más importante es que tomes la decisión cuanto antes de tomar las riendas de tu salud, pues es el bien más preciado que existe. Da igual si ya te queda poca o mucha, nunca es tarde para mejorar, lo importante es asumir cuanto antes nuestra enorme parte de responsabilidad en esta.

            Deseando de todo corazón que seas muy feliz y que disfrutes de todos los momentos maravillosos que estas fechas te puedan brindar, me despido de ti con un gran abrazo.

(*) Dietista-Nutricionista. Técnico de Actividades Físicas y Deportivas.

<<< Tornar a la portada