Deje de contar ovejas. Esto es lo que debe hacer si no puede dormir

Deje de contar ovejas. Esto es lo que debe hacer si no puede dormir
  30/04/2018

INÉS ROIG (*)

 

Vuelta aquí. Vuelta allá. La mente, ataca sin piedad en cuanto parece que el sueño empieza a pesar con un fogonazo en forma de preocupación.

            Los quebraderos de cabeza parecen aguadar en el subconsciente hasta que perciben que llega la hora de acostarse. Entonces afloran, dispuestos a mantenernos otra noche en vela. Como si el día no fuera ya bastante duro como para, encima, no descansar bien por la noche.

            El sueño es un proceso automático y surge solo, por eso resulta tan fácil alcanzarlo cuando estamos tranquilos. Pero se complica cuando arrastramos preocupaciones que no hemos logrado solucionar a lo largo del día. Aplicando una serie de consejos, cualquiera puede relajarse lo suficiente como para dormir a pierna suelta sin tener que recurrir a los fármacos.

            Hay que seguir tres pautas. La primera, hacer deporte de forma regular: hacer ejercicio tres o cuatro veces a la semana, trascurridos dos meses y medio, es igual de efectivo para conciliar el sueño que los medicamentos para la ansiedad. Por eso, hay que animarse a hacer deporte, pero nunca antes de acostarse, para despejar cuerpo y mente.

            El segundo consejo pasa por preocuparse, sí, pero adrede. Durante diez o quince minutos al día, debemos escribir en un papel aquello que sabemos que más tarde nos quitará el sueño. El cerebro responde ante las preocupaciones, en primera instancia, de forma automática, tratando de evitarlas; busca distraerse para no pasarlo mal. Pero, ¿qué sucede cuando estamos en la cama? Que la mente no tiene con qué distraerse y es pasto de esos sentimientos agobiantes. Por eso, si dedicamos unos minutos al día a preocuparnos de forma consciente, lograremos que el cerebro racionalice esos pensamientos, evitando así que estallen cuando dejemos la mente en blanco.

            La tercera pauta, es la de la meditación. Diez minutos al día, a medio plazo, nos ayudarán de forma sobresaliente. Y jamás hay que dar vueltas en la cama: Si pasados treinta minutos no hemos conseguido dormirnos, es mejor levantarse y realizar cualquier actividad monótona como leer.

            También hay muchos trucos que tienen que ver con la alimentación, los horarios o el entorno en el que cada uno descansa. Empezando por el dormitorio, hay muchos factores a tener en cuenta: evitar la estimulación lumínica de los dispositivos electrónicos antes de acostarse (nada de tele, tablet o Smartphone), alejarse de los ruidos, mantener una temperatura ambiental entre dieciocho y veintiún grados y la habitación limpia, ordenada. Elegir un colchón de firmeza media y no usar almohadas demasiado altas o de plumas.

            No hay que cenar carnes rojas, huevos, jamón o productos con vitamina C y apostar por los lácteos, plátanos, pescados azules o frutos secos. Además, evitar cafés, tés y bebidas estimulantes.

            ¿Y contar ovejitas? Puede ser considerada una práctica de meditación, pero no servirá de nada si no se implementan el resto de consejos. Por eso, haga deporte, preocúpese adrede y ordene su cuarto. Así estará más cerca de levantarse al día siguiente con un pequeño y extrañamente adorable cerco de saliva sobre su almohada.

 

(*) Farmacia Las Marinas.

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