Burbujas muy saludables y digestivas

  27/01/2016

??INÉS ROIG (*)

Culturalmente, el consumo de agua con gas en nuestro país se ha relacionado con las personas mayores y con los problemas digestivos. Ahora parece, que la percepción está cambiando y poco a poco estas burbujas se van asentando en el mundo de la alta gastronomía.
En España todavía hay que especificar que se quiere agua con gas. En países como Alemania ocurre lo contrario, la que te sirven por defecto es con gas. En nuestro país existen pocos manantiales de agua con gas, de ahí también que el hábito de consumo sea más bajo que en otros lugares.
El agua con gas no aporta caloría alguna y para estar hidratados se puede consumir igual que la natural (no hay que confundirla con otras bebidas como la tónica o la gaseosa).
No hay aguas buenas ni malas, simplemente son diferentes. Y tampoco un agua cara tiene que ser mejor que una barata. La gente la pide por el tipo de gas carbónico, es decir, si la burbuja es más gruesa, si se nota más o menos en boca.... También es importante tener en cuenta el pH, el nivel de acidez de cada agua. Un agua equilibrada está entre 7,5 y 9 de pH. Y para que el agua con gas ayude a hacer una digestión pesada, mejor que éste esté integrado en el agua del propio manantial y no haya sido añadido. En esto pasa como con el cava, si el gas es añadido, provoca sensación de hinchazón. A la hora de consumir agua con gas, la temperatura también es importante. Debe tener una similar a la del vino blanco o el cava. Si es natural, debe asemejarse a la temperatura del vino tinto.
Muchos aún consideran ridículo e incluso algo “snob” el hecho de que un restaurante disponga de carta de aguas, en paralelo a la de vinos y otras bebidas, pero las cartas de aguas van tomando posiciones en los restaurantes.
Es bueno conocer que no todas las aguas son iguales ni maridan de la misma forma con todos los platos. Persisten ciertas recomendaciones que defienden los expertos en maridajes con aguas. La receta o los ingredientes de cada plato determinarán cuál es el agua que mejor le acompaña, según su grado de mineralización.
Las aguas ligeramente gasificadas están sugeridas en aperitivos o entremeses, con ibéricos o con unas ostras, pero también para maridar con ensaladas. Por otra parte, las aguas de mineralización débil están recomendadas para tomar junto a sopas y cremas y pescados blancos sin apenas aderezos. Chuletón y huevos fritos con patatas, deberían tomarse preferiblemente con un agua que tenga una mineralización más fuerte y que añada sal pero que resulta más digestiva.

(*) Farmacéutica
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