Con ganas de aprender

  12/09/2014

??INÉS ROIG (*)

La oferta de cursos para empezar en esta época del año es múltiple. Es fácil dispersarse, así que antes de tomar una decisión hay que tener en cuenta una serie de consideraciones.
La oferta parece infinita y de lo más variopinta. Desde estudios para gestionar el propio mundo emocional, cursos de idiomas, informática, cata de vinos, hasta cursos de bridge.
¿Cómo resistirse a adquirir herramientas para mejorar el destino personal, la economía hogareña o la secreta esperanza de ser el mejor especulador en bolsa, incluso ser el mejor amante del mundo? No hay que resistirse, aseguran los nuevos coachs. Hay que dejarse llevar por el ansia de aprender, pero en cualquier caso, antes de decidirse hay que reflexionar para sacar el mejor partido a los cursos.
Primero hay que plantearse lo que uno espera del curso, hay que saber qué es lo que uno quiere, cual es el verdadero objetivo. Una vez definido el objetivo hay que pensar si es el momento de hacer el curso. No hay que tomar la decisión de forma impulsiva ya que hay que valorar el tiempo del que se dispone para dedicarle a esa formación. El proceso de aprendizaje requiere energía y trabajo y muchas personas no están dispuestas a dedicárselo.
Otros factores fundamentales además del tiempo y el compromiso son la motivación y la ilusión para saber que se está en el buen camino. En cualquier caso es necesario informarse de los contenidos porque la oferta es múltiple. A veces no es fácil saber si vale la pena o no. Antes que nada hay que buscar el tema en que nos queremos formar y comparar. Hay quien compara solo por los precios y otros solo por la cantidad, porque parece que buscan antes la etiqueta que el contenido. Existe una sobredosis de oferta, aunque también es cierto que hay demanda. Hay que tener en cuenta quien imparte el curso y quien lo organiza, que sea una institución reconocida con una contrastada experiencia en el mercado.
Es importante que una vez tomada la decisión y elegido un curso, se le saque el máximo rendimiento. Si el curso tiene que ver con el desarrollo profesional de uno, hay que tener en cuenta que podamos obtener un certificado, una titulación para que pueda servir en un futuro como aval de formación continuada.
Una vez finalizado el curso hay que tener paciencia para asimilar lo que se ha aprendido y poder aplicarlo. Si pensamos que nos hemos equivocado con la elección, no hay que obsesionarse. En el peor de los casos se beneficiaran las neuronas. Hoy en día se sabe que un estímulo de información, del mismo modo que cualquier experiencia, provoca en el cerebro una activación que produce o refuerza una conexión entre neuronas.
Sin parar de aprender. Ley de vida.

(*) Farmacéutica

 

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