Cosas que solo te pasan si llevas lentillas

  17/10/2016

INÉS ROIG (*)

1. Has temido la leyenda del hombre tuerto. Un amigo te ha contado que alguien se quedó dormido con la lentilla, le dio la vuelta en el ojo, tuvieron que operarlo y lo perdió. Eso no puede pasar nunca. Es imposible. El rumor queda zanjado.

            2. Has gritado “milagro” al despertar con lentillas puestas.

            3. Has experimentado el drama de la lentilla perdida. Aprietas los dientes y fuerzas al ojo bueno para ver por dos. Imposible. La tragedia es peor cuando tienes una lentilla rota. Se puede ir con una lente, pero no es muy recomendable. Ir con una parcialmente rota puede causar una úlcera, por muy pequeña que sea esa rotura. La solución siempre debe ser tirarla. Es inutilizable.

            4. Has hecho pócimas para conservar una lentilla. Algunos lentilleros que han echado agua de grifo y un poco de sal al portalentillas. Esto no se puede hacer, puede ser contraproducente. Además no elimina el problema que puede tener el agua, que es una contaminación.

            5. Has temido por tu lentilla cuando te sale plan para pasar la noche fuera. Ahí es cuando salen tres opciones: o te vuelves a tu casa, o te vas a una farmacia 24 horas, o echas agua de grifo en un vaso. El 99,9% escoge esta última. Echar agua de grifo está prohibido literalmente. ¡Y echarle saliva es aún peor porque en la boca hay muchas bacterias!

            6. Has perdido horas buscando el “lado bueno”. Nadie lo sabe a simple vista. Cuestión de tacto.

            7. Has dudado si echarte la siesta porque llevas lentillas.

            8. Has escuchado mil veces la frase: “No sabía que usabas gafas”. Tenemos dos vidas. La vida en casa con gafas y la vida callejera con lentillas.

            9. Te has colocado las gafas aunque en ese momento llevases lentillas.

            10. Sabes que hay algo que nunca debería faltar en tu maleta: el líquido de lentillas. Pero jamás lo haces.

            11. Nunca hay líquido de lentillas en oferta cuando lo necesitas.

            12. Has perdido la cuenta de días que llevas con lentillas desechables. Las lentillas se cambian… a ojo, solo faltaba.

            13. Nunca olvidarás la primera vez que saliste con ellas de la óptica. Cuando te las pones por primera vez, vuelves a nacer, pero cuando te las quitas, mueres.

            14. Te has quitado las lentillas sin saber dónde tienes las gafas. Despertarse con lentillas es una odisea, pero levantarse sin ellas y buscar las gafas es un capítulo aparte.

            15. Consideras que los que se operan son unos traidores. En el fondo, todos los lentilleros queremos ser unos traidores.

(*) Farmacia Las Marinas.

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