Demasiado limpios

  30/05/2014

??INÉS ROIG (*)

No es sólo una cuestión de apariencia ni tampoco responde a convenciones sociales. El aseo personal es necesario para eliminar la grasa, la suciedad, el sudor y las células muertas de la piel, así como para ahuyentar gérmenes y prevenir posibles infecciones. El problema es que, hoy en día, los hábitos de higiene han tomado proporciones a menudo exageradas y perjudiciales. Entre las posibles consecuencias de una limpieza excesiva o inadecuada destaca la piel seca e irritada, el picor y la descamación en el cuero cabelludo e incluso la aparición de alergias.
La forma de vida de los países occidentales- con más higiene, una disminución de las infecciones en los primeros años de vida y un uso precoz y excesivo de antibióticos y antitérmicos- hace que los niños vivan en un entorno excesivamente protegido. Esto provoca que, el sistema inmunológico, diseñado para defender a nuestro organismo de gérmenes, se haya vuelto de algún modo en su contra.
Esto podría explicar el aumento de la prevalecía de alergias. Con todo, este incremento se debería también a otros factores como el abandono del medio rural, la contaminación por parte de los combustibles o los cambios en la alimentación.
Higiene corporal. La piel es la mayor protección que tiene el cuerpo humano. Si la barrera cutánea no funciona, la piel lesionada va a permitir la entrada de gérmenes, alegre nos e irritantes, lo que va a desencadenar en infecciones y brotes de dermatitis atómica. Para no alterar ni destruir esta barrera cutánea es recomendable tomar duchas cortas, con agua templada y gel sin jabón.
Otra pauta es la de no utilizar esponja, pues son foco de infecciones. Además, no conviene frotar la piel: mejor aplicar el gel con las manos, en muy poca cantidad y únicamente en aquellas zonas donde hay más sudoración o pueda acumularse más suciedad. A la hora de elegir el gel, los más recomendables serían los geles sin jabón (llamados syndets). Los jabones son productos alcalinos que pueden alterar el pH cutáneo y producir una desecación e irritación de la piel.
Por otra parte, para mantener la piel en óptimas condiciones es muy importante la hidratación con el uso diario de una crema, insistiendo en la zona de las piernas, que es la que más se suele resecar.
Higiene íntima. Atención con la higiene íntima. Es muy importante no excederse y tiene que ser siempre con productos específicos, ya que están adaptados a la sensibilidad de la piel y la mucosa y sus variaciones de pH.
Higiene capilar. En cuanto al pelo, si se ensucia rápidamente, podemos lavarlo con frecuencia. Eso sí, es muy importante que sea con un champú de los llamados neutros o para uso frecuente. El problema está en que, por otro lado, también es cierto que un lavado excesivo puede aumentar la producción de sebo. Si no se tiene el pelo muy graso, no aplicar champú todos los días, tan sólo mojarlo con agua, y enjabonarlo a días alternos. Los síntomas de que nos hemos excedido al lavarnos el pelo pueden ir desde enrojecimiento, descamación y picor hasta costras.
Higiene bucal. Una correcta higiene dental es esencial para controlar la placa bacteriana en la cavidad bucal y evitar así la formación de caries, gingivitis y periodontitis.
Es importante utilizar pastas dentales poco abrasivas, cepillos suaves de puntas redondeadas y ejercer poca presión.
Higiene auditiva. Para la higiene de los oídos los especialistas no recomiendan el uso de bastoncillos de algodón ya que pueden ocasionar lesiones graves. Su uso cotidiano y brusco puede impactar la cera hacia dentro formando un tapón en el fondo

(*) Farmacéutica

 

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