El shock del futuro

  03/10/2016

Guillermo_Ares_Opinion

Con este título Alvin Toffler escribe en 1970 un libro que fue súper ventas con más de seis millones de copias en todo el mundo.

Su contenido es un excelente estudio sobre el individuo y la sociedad respecto a un futuro que viene con demasiado cambio en un período de tiempo demasiado corto.

Toffler relató cómo tuvimos que adaptarnos al alquiler de objetos y prendas de vestir que antes se obtenían en propiedad con muchísimo empeño y trabajo, en aquel presente de los 70 ya era el futuro y se podían alquilar de forma sencilla mejorando las posibilidades de quienes las necesitaran.

Hoy estamos en otro tiempo, a tan sólo 46 años de aquellos días en que el progreso hizo estragos en el futuro al reemplazar al humano por máquinas robotizadas, ordenadores y otros artilugios que acabaron con miles y miles de puestos de trabajo.

Hoy estamos en la era del 3D, esas tres dimensiones que dan volumen y profundidad a nuestras vidas.

En Israel, concretamente en Tel Aviv, se guardan los más grandes secretos sobre las posibilidades que las 3D nos ofrecen para un futuro que sólo está a unos diez años.

Ya se habla de imprimir un filete de ternera tan real que nadie ha pensado en que los ganaderos deberán reciclarse y vender impresoras 3D en lugar de vacas.

Los carniceros serán reemplazados por ingenieros e informáticos, biólogos capaces de mezclar células hasta lograr ese filete y chuletas de cordero o puré de patatas.

En Barcelona ya se está probando el restaurante que en lugar de una cocina tiene una imprenta en 3D.

Así se puede comer cualquier alimento con las formas más variadas impresas en 3D.

La ropa ya se está imprimiendo en 3D, zapatos, zapatillas y todo tipo de prendas de vestir.

¿Será el final de las máquinas de coser? ¿O el del microondas?

Lo que seguro será es que por ahora nadie habla del shock que pueda producirse en la sociedad actual cuando todos podamos tener una impresora 3D en casa comprando materias primas a modo de tinta alcanzando a construir cualquier cosa.

Otra puerta al futuro que ya es presente en los secretísimos laboratorios deja el paso a la medicina.

Se están imprimiendo órganos humanos vitales, riñones, pulmones, corazones, dando forma a tumores o malformaciones de tal modo que los cirujanos pueden ensayar una intervención antes de hacerla en el paciente.

Como siempre, no estoy muy seguro que alguien esté contemplando los efectos de tanto cambio tan rápido.

Millones de puestos de trabajo en el mundo serán reemplazados por impresoras 3D y los expertos profesionales capaces de hacerlas funcionar con eficacia.

Les recomiendo leer el libro que está en Internet de forma gratuita y experimenten el shock que se nos viene encima.

Cambien el alquiler de camisas y zapatos para una boda por una oreja de cartílago humano creado por una impresora con tinta de células humanas, a ver cómo se os pone el cuerpo.

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