GUILLERMO ARES/ Los Rolex de Fidel Castro

GUILLERMO ARES/ Los Rolex de Fidel Castro
  05/12/2016

 

Se acabaron los tiempos de la ilusión por cambiar al Mundo, cuando bajo un régimen de dictadura militar formábamos parte de la resistencia tirando canicas gigantes a las patas de los caballos de la policía montada que intentaba sin mucho éxito disolver manifestaciones ya que sus caballos rodaban por los suelos al pisarlas o cuando devolvíamos los botes de gases lacrimógenos como si fuesen piedras arrojándolas hacia los puntos desde donde habían sido lanzados.

            Se acabaron las inocentes creencias en los valores de nuestros líderes, aquellos que con ropa de faena o militar gritaban a las masas desde las masas las consignas que les llevarían al poder arropados por el pueblo llano y humilde convencido que los bárbaros ricachones no nos dejaban vivir nuestras vidas.

            La semana pasada murió uno de los íconos más representativos de la revolución de las masas, el gran Fidel Castro.

            Lo que parece imposible es que haya aún gente tan ingenua que crea en la integridad de personajes como Fidel.

            A quienes les piquen estas líneas, les invito a buscar en Google “fotos de los Rolex de Fidel Castro”, se sorprenderán al comprobar que el gran revolucionario llevaba dos Rolex de alta gama en una misma muñeca, en otras fotos se le ve un tercer modelo de la misma talla y precio.

            Es posible que no se pueda demostrar otro tipo de grandes propiedades como tierras, fincas, barcos de lujo que se cree que poseía, pero no se extrañen, mucho más cerca tenemos varios ejemplos de dictadores más o menos encubiertos que empezaron sus campañas como humildes revolucionarios y terminaron siendo propietarios de las más grandes fortunas del Planeta.

            Así, envidiables ingenuos, muchos de los grandes mitos para unos o despreciables para otros, han vivido la gran vida a costa del mayor o menor sacrificio de sus pueblos engañados por la sed de justicia que estos jamás repartieron.

            Por fin, las nuevas tecnologías nos permiten acceder a hemerotecas impensables desde una sencilla pantalla y teclado para descubrir que muchos de nuestros ídolos fueron una estafa a nuestra inteligencia y credulidad.

            Lamentablemente en este nuevo siglo las cosas siguen igual, ningún cambio al respecto, aquellos que se despegan de las masas callejeras para ocupar despachos desde donde dirigirlas, disfrutan de sueldos de infarto que no siempre alcanzan para afrontar el ritmo de vida que llevan. A saber de dónde sale la diferencia.

            Como supongo que al nombrar a Fidel alguien recordará al Che, ese también llevaba Rolex mientras decía luchar por la igualdad de las clases, especialmente la subida de las bajas.

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