Las cuatro estaciones de la salud

  17/01/2014

??INÉS ROIG (*)

Cada época del año tiene sus enfermedades. No significa que no puedan darse en otra estación, pero se constata un incremento de ellas cuando aprieta el frío o el calor o en la transición de la primavera y el otoño.
Es conocido el hecho de que el clima (y por tanto la estacionalidad) desempeña un papel en las enfermedades infecciosas. El tipo de clima también implica hábitos diferentes que afectan a la salud. En cualquier caso, la mejor manera de no enfermar en cualquier estación del año es tener estilos de vida saludables y prevenir las enfermedades siguiendo los consejos médicos.
Por si fuera poco, la salud mental también puede verse afectada. En general las enfermedades más sensibles a los cambios de estación son las que afectan al estado de ánimo.
Primavera. Esta época del año básicamente se centra en la prevención y tratamiento de los procesos alérgicos de diverso origen y sus manifestaciones. Esto se puede manifestar en enfermedades como rinitis, conjuntivitis, asma y alergias de la piel.
También afecta en los trastornos emocionales. Se incrementan la depresión y la ansiedad. Esto sucede por el número de horas de sol que provoca cambios en la secreción hormonal. Esto se puede traducir en lo que se llama astenia primaveral, en la que el paciente sufre perdida de energía e ilusión.
Verano. Es tiempo de gastroenteritis agudas por ingesta de productos mal conservados o contaminados, de quemaduras por exposición inadecuada al sol, de ahogamientos y  de picaduras de medusas.
Las otitis externas son frecuentes en niños y en cuanto a la población anciana, las temperaturas altas extremas pueden dar lugar a golpes de calor.
Otoño. Al volver de vacaciones hay más chequeos, aumentan el número de analíticas, se descubre el colesterol, azúcar... si se han des compensado durante el verano porque se relajan los hábitos, se ha bebido de más, y en otoño todo esto pasa factura.
Al empezar los colegios, a las pocas semanas también empiezan a prolíficas los resfriados. Uno de los problemas más frecuentes son las infecciones, sobre todo respiratorias.
Hay más trastornos del estado de ánimo, se notan más las menos horas de sol, asoman los estados depresivos. El paciente puede tender a des compensares con el cambio de tiempo.
Invierno. El invierno suele ser la peor época para la salud. Afecta mucho a pacientes ancianos con enfermedades respiratorias y cardíacas crónicas.
Además en invierno suele explotar una epidemia de gripe que es la causa por la que más se utilizan los sistemas de salud.
En invierno también nos encontramos con situaciones de hipotermia, de intoxicaciones por mala combustión de dispositivos para calentamiento (braseros, estufas). Y entre las enfermedades del aparato digestivo, la úlcera gástrica se asocia también a los meses de baja temperatura.
Las lesiones debidas al esquí aumentan. Esto se hace más evidente en las vacaciones navideñas ya que muchas personas se lanzan a esquiar sin haber preparado el cuerpo. Otros factores, además de la escasa preparación son la velocidad y las imprudencias. El esquí es un deporte muy exigente, pero no hay demasiada conciencia. Las incidencias de lesiones sitúan al esquí como el deporte de mayor riesgo realizado por adultos de forma habitual.
Esto no es una operación matemática, pero es cierto que hay enfermedades más presentes que otras en cada estación del año. Lo importante es conocerlas para poder prevenirlas.

(*) Farmacéutica

 

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