Las âsanas del Yoga

Las âsanas del Yoga
  07/11/2020

Por Ilde Leyda

"Si el método está bien adaptado a la persona le permite cambiar y comprender el origen del malestar y los cambios favorables que la llevan a la consecución"
(Cristina Sáenz de Ynestrillas)

Casi todas las personas empiezan en el yoga por las âsanas, las posturas del yoga. Hay muchas razones importantes para que este sea el procedimiento habitual: el ejercitarse regularmente en las âsanas confiere al cuerpo humano salud y bienestar, lo trabaja y lo mima a la vez, desde cada uno de los músculos a todos los órganos internos, el sistema nervioso, las glándulas, etc. etc. El conjunto del organismo humano se siente tonificado, con más energía y vitalidad, funciona mejor, más eficientemente, y se gana una sensación de liviandad como si uno se quitara años de encima.
    Además, para aquellos que aspiran a profundizar más en el yoga, la práctica continua, disciplinada, rigurosa de las âsanas durante un tiempo va templando el cuerpo y la mente, los va preparando, los va concentrando y volviendo aptos para que más adelante la persona pueda adentrarse en otros apartados que requieren cada vez de una mayor sutileza, una mayor precisión y, claro está, una buena base previa estable.
    La teoría y la práctica del yoga estipulan que todo ser humano está capacitado para alcanzar el estado de Yoga, pero que esto no se da normalmente debido a los obstáculos y los bloqueos varios que todas las personas, unas más que otras, tenemos tanto a nivel físico como a nivel mental. La práctica regular de las âsanas y del prânâyâma (ejercicios respiratorios), correctamente aprendidos de un buen profesor o profesora, elimina una gran parte de esos inconvenientes que están impidiendo que la persona disfrute de una mayor claridad mental y de un mayor bienestar en general. 
    Hoy en día una gran cantidad de personas acuden al yoga en nuestra sociedad cuando se encuentran mal a causa de alguna lesión o dolencia. Para esas personas las âsanas del yoga son una herramienta de enorme utilidad, una terapia que les va a ayudar a recuperar ese equilibrio perdido.
    Y nada, absolutamente nada, en el yoga es superfluo ni decorativo. Todo, absolutamente todo, en el yoga tiene su finalidad, su porqué, su razón de ser. El yoga es un método milenario totalmente racional, totalmente comprobable, demostrable, empírico.
    Sin embargo, me gusta ser claro: existe un gran problema para que la práctica de las âsanas dé el resultado óptimo y el alumno/a comience a percibir las ventajas reales del yoga. Ese problema es que la persona ha de ejercitarse, ha de practicar. Así de simple. Mas así de difícil para tantos de nosotros. Porque en palabras de TKV Desikachar: "Siempre existirá una tendencia a comenzar la práctica con entusiasmo y energía, un deseo de rápidos resultados. Pero las persistentes limitaciones de la vida cotidiana y la enorme resistencia de la mente nos incitan a ceder a las debilidades humanas".
    Y hemos de ser en cada una de nuestras prácticas siempre extremadamente atentos y cuidadosos. El cuerpo irá, poco a poco, sin forzarlo ni obligarlo nunca, cediendo y tornándose más y más flexible y maleable a cada paso a base de constancia, de insistir calmada, relajadamente, una vez y otra vez y otra y otra, sin desfallecer ni intranquilizarse jamás, pero sin tratar tampoco de acelerar nuestros progresos mediante el empleo de la fuerza bruta ni de los empellones de la impaciencia ni de ninguna otra de esas malas artes a las que estamos tan acostumbrados sin percatarnos de lo nocivas que son para nosotros mismos y para los demás. De lo contrario, todas las cosas se deterioran prematuramente, se rompen, y nuestro cuerpo, nuestro organismo, también, lo mismo, claro.
    Escribió el formidable sabio Patañjali en su inmortal obra los Yoga-Sûtra: "La âsana debe tener una doble cualidad: la atención y la relajación". Y también: "Si estos principios se siguen correctamente, la práctica de âsana ayudará al practicante a soportar, e incluso minimizar, el efecto de las influencias exteriores sobre el cuerpo: la edad, el clima, la alimentación y el trabajo".
    Si tiene cualquier duda o comentario puede enviar un mensaje a ildeyoga@gmail.com.

(*) Profesor de Yoga.

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