ÁNGEL SERRANO ZURITA/ Tardà utiliza a los valencianos para tapar su incoherencia (*)

Hay que tener mucha cara. Si un diputado de la cámara baja del Estado español pide la secesión de su tierra, es bastante lógico que renuncie a su condición de representante en el mismo, si, finalmente, se hiciera efectiva tal independencia. Más aún, si se ha jactado, en reiteradas ocasiones, de representar sólo a una parte de los titulares de la soberanía nacional, más concretamente a la conformada por aquellos ciudadanos residentes en Cataluña y, por especificar aún más, a la parte de esa parte que piensa como él. Pero no; Tardà is different.

            Esta semana, haciendo gala de su profundo sentimiento de apego a su sillón, así como las dietas y salario que emana de dicha poltrona, ha dicho que no, que, haya o no independencia, no se va. El político catalán intentó tapar la incoherencia que denota tal declaración de intenciones con un argumento tan vago como fantasioso: no se irá hasta acometer la secesión, también, de los demás territorios que conforman, en su imaginario, els païssos catalans. Seguiría cobrando del Estado, ya que “el Pais Valencià y Baleares siguen siendo parte del territorio español”.

            Señor Tardà, háganos el favor y deje de utilizar nuestro nombre para fines lejanos de lo político y cercanos al interés personal, que bastante tenemos ya. No somos idiotas; somos ciudadanos.

            El pueblo valenciano es tan diverso y heterogéneo como el catalán, aunque ustedes intenten acometer, en ámbito de su autonomía, y simultáneamente al procés polític, un proceso de homogeneización social –con el racismo implícito que entraña tal objetivo-.

(*) Periodista