Nuevas modas o negocio, ¿nos dejamos arrastrar?, ¿sabemos decidir lo que queremos?

Nuevas modas o negocio, ¿nos dejamos arrastrar?, ¿sabemos decidir lo que queremos?
  06/11/2017

VERÓNICA MONSONIS (*)

Inmersos en el siglo XXI vemos cada mes más arraigadas tradiciones que nada tienen que ver con las nuestras.

            ¿Nuevas modas o negocio? Hay quien piensa que la sociedad debe ir cambiando según los tiempos que vive y que debemos evolucionar hacia la “modernidad”. Pero es cierto que en los últimos 10 años hemos visto como otras fiestas se han colado en nuestras vidas, casi ya obligadas como el reciente “Halloween”. Lo que es evidente es que es una oportunidad para que los negocios obtengan mayores beneficios; cuando se aproximan las fechas de su celebración, todo el mundo busca los disfraces más originales o sus personajes de terror favoritos. Con la llegada de las nuevas tecnologías es fácil hacerse con un buen disfraz en tiendas online donde se puede encontrar una gran variedad de artículos de terror con la comodidad de que llegue a tu casa.

            ¿El verdadero origen? Pero el verdadero origen de Halloween viene de los antiguos celtas, de Irlanda. Por ello, lo celebran con platos típicos como el Colcannon o el pastel de Barnbrack. Ellos realizan ritos antiguos como colocar una hoja de Ivy en el fondo de una taza durante la noche, si por la mañana no se ha secado significa buena salud. Cuando los emigrantes irlandeses llegaron a Estados Unidos, compartieron la tradición de disfrazarse para ahuyentar los espíritus de los muertos. Al principio los estadounidenses eran reticentes a esta fiesta, pero con el paso del tiempo cogió una gran popularidad tanto en EEUU como en el resto del mundo.

            Moda o negocio, lo importante es tener en cuenta que nadie tiene que imponernos nada. No debemos dejarnos arrastrar “porque se lleva” sino por lo que realmente nos gusta y queremos hacer. Utilizar el poder de la decisión nos proporciona la capacidad para arrollar cualquier excusa que se interponga en el camino, de cambiar todos los ámbitos de nuestra vida en un instante. Una decisión puede determinar nuestra felicidad o tristeza, frustración o excitación, estar esclavizado por las circunstancias o por el contrario, poseer la capacidad para expresar nuestra libertad de manera genuina. Cuando hayamos decidido no permitir que nuestra vida se vea configurada por las circunstancias, sino sólo por nuestras propias decisiones, en ese preciso instante, nuestras vidas habrán cambiado para siempre y estaremos capacitados para hacernos cargo del control de nuestra existencia.

(*) Psicóloga. Máster en Psicología Clínica y experta en Atención Temprana.

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