Nuevo curso, nueva dieta

  10/10/2014

??INÉS ROIG (*)

La vuelta de las vacaciones puede ser un buen momento para empezar a cuidarse: recuperarse de los excesos del verano, perder esos kilos de más, iniciar una dieta más saludable o incluso conseguir un mejor estado de ánimo a través de la alimentación.
En verano nos relajamos, nos olvidamos de la dieta y nos permitimos ciertos excesos. Además, durante las vacaciones tenemos una vida más sedentaria, bien porque no vamos al gimnasio, o bien porque nos apetece o necesitamos dormir y descansar para recuperar fuerzas y afrontar el inicio de septiembre con las pilas cargadas de nuevo.
Con todo ello resulta fácil ganar peso durante el periodo vacacional. Cuanto antes compensemos esas calorías de más, antes volveremos a nuestro peso habitual. En primer lugar hay que huir de las dietas milagro. En segundo, asegurarse del aporte de proteínas y aminoácidos adecuado para mantener la masa muscular. Además, utilizar nutricosmética y apoyarse en tratamientos estéticos que sirvan para evitar la temida flacidez y para reducir volumen, tonificar y mejorar la pérdida de peso. Todo ello, preferiblemente acompañado de alguna actividad física que nos ayude a mejorar el metabolismo e incrementar el gasto calórico.
Para alcanzar nuestro objetivo, podemos hacer un tratamiento de depuración corporal y antioxidante con zumos y batidos de frutas y verduras que aporten vitaminas y minerales. Tras esta depuración, es importante preparar nuestro aparato digestivo con prebióticos y prebióticos. Nuestra defensa intestinal es fundamental.
Hay que combatir la deshidratación tomando mucha agua, a la que es buena idea añadir zumo de limón para alcalinizarla; y en lugar de café, mucho mejor té ya que además es antioxidante. También hay que huir de los fritos y los alimentos procesados y, en cambio, optar por verduras y frutas, frutos secos, alimentos integrales y especias y condimentos como el hinojo o el perejil.
Hay que asegurar una buena fuente de antioxidantes, como legumbres, cereales integrales o las frutas y verduras de color rojizo y morado como la remolacha, la berenjena, las fresas o la granada, entre otras.
Después de unos días de descanso, desconexión y placer, el retorno a las obligaciones diarias puede ir acompañado de sentimientos de tristeza, apatía, fatiga o irritabilidad, conocido como “síndrome postvacacional”. La alimentación también puede ayudarnos gracias a un aminoácido llamado triptófano.
El momento ideal para empezar a tomar los productos ricos en triptófano es en el desayuno. También se aconseja este momento para tomar lácteos, fruta, especialmente plátano, ciruela o piña, frutos secos y cítricos para ayudar con el estrés y reforzar el sistema inmunitario.
En el resto de las comidas del día también se pueden incorporar alimentos ricos en triptófano. Son los que se encuentran en las proteínas de la carne, el huevo (sobre todo la yema) y en muchas legumbres. Por su parte, el pescado en general y el pescado azul en particular son verdaderos antidepresivos naturales. Finalmente, en una dieta para el buen humor no podemos olvidarnos del chocolate. Además de contener triptófano, el placer gustativo produce en el organismo unas sustancias químicas llamadas endorfinas, que nos ayudan a sentirnos bien y a adoptar una actitud positiva. Eso sí, el chocolate, cuanto más puro mejor y sin abusar.

(*) Farmacéutica

 

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