¿Por qué España es el único país donde se desayunan postres?

¿Por qué España es el único país donde se desayunan postres?
  11/12/2017

INÉS ROIG (*)

El desayuno es, para la mayoría, la cita ineludible de la mañana con la que afrontar un largo de día de trabajo o escuela, pero solo 2 de cada 10 españoles desayuna de forma saludable. Buena parte lo asocia a la leche y cereales azucarados industriales desde que se pusieran de moda en EE UU a comienzos del siglo XX.

            Un aparentemente inocente desayuno de un vaso de leche con cacao, un zumo y 8 galletas normales casi duplica el máximo de azúcar recomendado por la OMS para todo el día.

            Por pereza o por falta de tiempo o apetito, más de uno recurre a un bollo o a un batido de chocolate para cumplir la tradición matinal, sin saber que incurre no en un error, sino en dos: desayunar por obligación y hacerlo mal.

            Desde hace tiempo se nos ha inculcado desayunar. Como su nombre indica, es la ingesta que rompe el ayuno; después de haber estado horas sin comer por el sueño, nuestro cuerpo necesita energía. Lo ideal para que nuestro organismo trabaje de forma óptima y sin demasiado esfuerzo es repartir toda la energía y nutrientes de forma paulatina. Así, tras el ayuno nocturno, nuestros músculos y cerebro recibirán la dosis de nutrientes y energía necesarias para ponerse en marcha y trabajar a pleno rendimiento. Esta primera toma del día debería aportarnos en torno a un 18%-20% del total de la energía diaria que necesitamos.

            Para definir un desayuno saludable, urge indicar lo que hay que evitar, y dejar claro que por mucho que sea variado, no significa que sea saludable ni equilibrado. El modelo habitual en la dieta española, en el caso de los niños, suele estar formado por leche con cacao comercial altamente azucarado, cereales chocolateados o azucarados y un zumo, casero o comercial, cuando no bollería industrial.

            También es habitual cambiar los cereales por galletas, que son bollería como un cruasán o una napolitana. En los adultos, suele estar presente un café con leche acompañado de una tostada de pan blanco con mantequilla y mermelada, o aceite y embutido en la opción salada. En ambos casos, el desayuno habitual está compuesto por postres, pero de los desaconsejables. Por su arraigo, deberíamos empezar por desterrar los productos ultraprocesados y altamente azucarados. El desayuno saludable es aquel que no está compuesto por productos, sino por alimentos.

            Ese tipo de productos, presentes en nuestra concepción del desayuno como un postre, están detrás del sobrepeso, la obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y otras enfermedades cardiovasculares. ¿Cómo mejorar ese patrón? Todo es empezar: Desde huevos revueltos, una tostada con tomate, un bol de yogur con fruta, frutos secos y manzana…

            Para quien quiera perder peso: un vaso de leche desnatada con café, una tostada de pan integral con tomate rallado y una pizca de sal, y una naranja. Para los más deportistas: gachas de avena con leche semidesnatada espolvoreadas con un poquito de canela, nueces y manzana picada. Para los más pequeños: yogur natural con copos de trigo sin azucarar, avellanas picadas y un cuadradito de chocolate negro rallado por encima. Para los que van con prisas: té con limón, tostada de pan con queso semicurado y nueces.

            Para beber, si se quiere aportar lácteos, siempre enteros y no azucarados ni edulcorados ni acompañados de cacaos comerciales azucarados.

(*) Farmacia Las Marinas.

<<< Tornar a la portada