Posturas correctas durante el embarazo (I)

  25/09/2015

MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

¿Debo corregir mis posturas corporales durante el embarazo?

Es de fundamental importancia una buena postura durante todo el embarazo para evitar malestares. Debes prestar mucha atención a cómo estás parada, sentada, cómo caminas, cómo te agachas y cómo duermes. Si tus posturas no son las adecuadas tendrás como resultado tensión muscular, incomodidad y muchos dolores.

En la medida que el bebé y tu útero crecen, tu cuerpo debe adaptarse y acomodarse a los cambios dinámicos del embarazo. Una actividad física suave y regular ayuda a prevenir molestias, pero es fundamental adoptar una postura "consciente", estando alerta en la forma que usas tu cuerpo. Seguramente notarás que has dejado de lado el uso algunos músculos en tu postura actual y ciertamente lo deberás corregir. Para corregir tus posturas te damos algunos consejos simples:

Postura de pie.

Párate delante de un espejo y controla lo siguiente:

- Los pies.

Deben estar paralelos y apoyados firmemente en el piso sobre el dedo gordo, el talón y el borde externo del pie. El arco interior no debe apoyarse sobre el piso.

- Las rodillas.

Deben estar apenas flexionadas y relajadas. Evita la tensión y extensión máxima.

- La cintura.

Controla que la pelvis no esté extendida hacia atrás, debe estar relajada y en pequeña flexión. Puedes notarlo colocando tus manos en la región lumbar y constatar que no haya una curvatura exagerada de la columna hacia atrás. Una columna muy arqueada es causa de dolores en la región lumbar y en el nervio ciático. Si tu tendencia es al arqueamiento de la columna debes estar alerta todo el tiempo de su postura y corregirla conscientemente.

- La espalda.

Debe estar relajada, con los hombros hacia adelante para estirar la zona escapular y relajada. No levantes tus hombros, siempre trata de que estén lo más bajo posible, así mejorarás tu capacidad respiratoria.

- La cabeza.

Debe permanecer relajada y en una postura balanceada sobre la columna. Evita la tendencia a bajar tu cabeza y el mentón. Siempre mira hacia delante relajando la garganta y las mejillas.

- Trabajando de pie.

Si trabajas de pie intenta no reclinarte hacia adelante. Un ejemplo simple son las tareas cotidianas del hogar, como fregar el piso o planchar. Al fregar el piso intenta de no inclinarte demasiado hacia adelante. Si planchas trata de apoyar un pie sobre un pequeño taburete o algo similar con el fin de descansar la espalda y no curvarla hacia adelante.

(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.

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