Prevención en el embarazo ante la exposición a Varicela

Prevención en el embarazo ante la exposición a Varicela
  24/10/2016

Dr. MARIANO MARTÍN-LOECHES DE LA LASTRA (*)

Se entiende por profilaxis postexposición durante el embarazo, la administración de fármacos, inmunoglobulinas o vacunas para evitar la infección y/o el desarrollo de una enfermedad transmisible tras la exposición al agente patógeno que produce la enfermedad.

            En la embarazada el cáncer de cérvix es uno de los tumores más frecuentes, con una incidencia estimada en 0,8-1,5 casos por cada 10.000 nacimientos (Smith LH, 2001). La transmisión es fundamentalmente por vía sexual. La prevalencia de la infección en mujeres a nivel mundial es del 10 % (de Sanjosé S, 2007).

            En ninguna de sus dos formas; condilomatosis o displasia cervical, existe una relación directa entre la infección por VPH, la evolución normal del embarazo y la salud fetal. Estudios recientes descartan que existan complicaciones maternofetales como infertilidad, parto prematuro, trastornos del crecimiento fetal o malformaciones fetales. Sí se han detectado casos de transmisión vertical durante el parto. En los niños la enfermedad se manifiesta con lesiones conjuntivales, orofaríngeas o mucosas.

            La papilomatisis respiratoria de comienzo juvenil es una entidad rara, que se presenta a partir de los 2-5 años de edad y que se ha asociado a verrugas genitales en las madres de los niños afectados. No hay estudios que hayan evaluado la eficacia del tratamiento en la prevención de la infección neonatal. No obstante, aunque se trate la lesión es probable que el virus se quede en las células del canal cervical, por lo que el tratamiento difícilmente eliminaría el riesgo de transmitir la infección.

            El VPH, incluido los serotipos oncogénicos, no es contraindicación para el parto vaginal. Aunque el neonato está expuesto al virus durante su paso por el canal del parto, el riesgo de infección manifiesta es tan bajo que los expertos no consideran que la cesárea deba ser practicada por la presencia del virus sino por razones obstétricas apropiadas (Patsner B, 1990).

            El manejo de la infección durante el embarazo se ajusta a cada situación:

            - VPH cervical: si el VPH solo está presente en el cuello uterino sin generar cambios premalignos lo único que se requiere es evaluar mediante citología y/o colposcopia la evolución de la infección cada 3 meses durante el embarazo y 3 a 4 meses después del parto. Si hay displasia y ésta es de grado severo, puede realizarse una conización con asa diatérmica por personal experimentado por el mayor riesgo de sangrado (Economos K, 1993).

            - Condilomatosis: el tratamiento de las verrugas genitales sigue el mismo esquema que en la mujer no embarazada. Durante el embarazo las lesiones pueden aumentar de tamaño o extenderse, en relación con la alteración fisiológica de la inmunidad celular que confiere el embarazo (Kemp EA, 1992). En cuanto al tratamiento, sustancias como la podofilina o el imiquimod están contraindicados por su potencial daño fetal (Workowski KA, 2010). La crioablación también se considera un tratamiento seguro y eficaz para su uso en el embarazo (Matsunaga J, 1987). Si las lesiones condilomatosas son muy extensas para el momento del parto es preferible practicar una cesárea ante el temor de que haya sangrado genital por disrupción del tejido enfermo y para evitar el paso del niño por una región con alta carga viral.

            No debe administrarse la vacuna del VPH a mujeres embarazadas, al no haber suficientes datos en cuanto a su seguridad. Las mujeres que estén dando lactancia pueden ser vacunadas, ya que no afecta al lactante. En el caso de que la mujer reciba una dosis de la vacuna sin saber que estaba embarazada, debe monitorizarse el embarazo y completar la vacunación tras el parto (CDC, 2013).

(*) Especialista en Ginecología y Obstetricia.

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