Seis maneras de evitar las digestiones pesadas

  22/08/2016

??INÉS ROIG (*)

Los excesos no solo pesan en la línea. También el estómago sufre los efectos de las escapadas gastronómicas propias de estas fechas. Sin embargo, las digestiones pesadas, unidas al calor, pueden convertirse en un problema muy molesto, sobre todo cuando ocurren durante las vacaciones y no queda otra opción que comer fuera de casa. Por eso, hay que prevenirlas, apostando por los hábitos saludables.

1. Fibra, ni más ni menos. Ingerir alimentos con fibra es imprescindible, ya que regula los movimientos intestinales y cuenta con otros beneficios como la disminución del riesgo de padecer enfermedades del corazón, obesidad y sobrepeso. Esta se encuentra en frutas y verduras, semillas, frutos secos, legumbres, cereales integrales y granos enteros. Eso sí, tomar más fibra de la necesaria puede provocar el efecto contrario, interrumpiendo, además, la absorción de minerales importantes para el organismo. En este sentido, los expertos recomiendan no superar los 30 gramos diarios.

2. Comer siempre a la misma hora. Establecer un horario regular de las comidas y dejar las opciones más ligeras para la cena es otro de los consejos para facilitar la digestión y mejorar el descanso nocturno. Conservar los horarios regulares provoca que nuestro organismo entre en ritmo y el reloj biológico, que está comandado por los ritmos circadianos, se sincroniza.

3. Limitar algunos alimentos. Comer de todo no es una opción cuando se trata de cuidar la salud, y es que dentro de una dieta equilibrada, hay algunos alimentos que deberían moderarse, como los lácteos, las bebidas o alimentos azucarados, las carnes rojas y el picante, que también influye en las digestiones pesadas. De la misma manera, la acidez también es muy frecuente cuando se consumen alimentos altamente procesados, alcohol o azúcares.

4. Comer sin prisa. No dedicar el tiempo suficiente a masticar la comida también puede provocar problemas digestivos, además de flatulencias y distensión abdominal. Hay que comer despacio y masticar cada bocado por lo menos entre 15 y 30 segundos. Así se trituran los trozos de comida y las enzimas de la boca comienzan a desdoblar los nutrientes. Además le da oportunidad al cuerpo de enviarle una señal al cerebro de que el estómago está lleno.

5. Caminar para mejorar la digestión. Caminar favorece el movimiento gastrointestinal. Es aconsejable andar, como mínimo, media hora al día, sobre todo después de una comida copiosa.

6. Mantenerse bien hidratado. Es importante beber agua durante todo el día para evitar la deshidratación, pero saber cuál es el mejor momento para hacerlo es aún objeto de debate. Aunque hay veces que tomar demasiado líquido interfiere en la digestión, alterando el ambiente ácido del estómago encargado de descomponer los alimentos, esto puede variar según la persona, por lo que es mejor que cada uno adopte la medida que más le favorezca en función de su experiencia.

(*) Farmacéutica

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